lunes, 3 de junio de 2013

Crónica alicate de la TMT25 2013. Vol.1.


Hace cosa de un año nos comentaron de la creación de una nueva carrera llamada Trans Montesblancos Trail, que tuvo un alto porcentaje de abandonos, por la dureza y el calor extremo. Tres meses después durante la Extrema Desértica de Belchite, de palique con otros runners que la habían corrido, volvimos a tener noticia de ella. Fue navegar por la red viendo videos y crónicas de la TMT, cuando nos acabó de enganchar. La edición del 2013 teníamos que catarla sí o sí. Y desde hace dos o tres meses nos pusimos manos a la obra para prepararla. Mentalizados de subir repechos y chupar calor como perros. Y por supuesto inscritos como equipo, el SUTEMI Team (los que entrean artes marciales ya conocen lo que es un sutemi...y lo que duele...SACRIFICIO!). Entrenos por Juslibol, Cuarte, Alfajarín, intentando aprovechar las horas de más calor en la medida de lo posible (el día que más temperatura conseguimos pillar fueron 23 grados), al medio día, a las cuatro de la tarde, cuando fuera. Y visto cómo fué la edición pasada y la excasa aclimatación (por imperativo climático claro está) que llevábamos ese era nuestro principal canguelo. Pero estábamos decididos así que nos liamos la manta a la cabeza.

Llegó el día D. Y conforme avanzaba la semana se iba complicando el asunto…72 horas antes un problema estomacal y la imposibilidad de doblarme por el dolor amenazan con la primera baja en el Sutemi Team. Genial. El jueves el equipo era sólo de dos personas. El viernes mejoría, pero no lo suficiente, jodeeeer…llega la noche, y Mr. K. se da un talegazo en la rótula que lo deja cojo perdido. Jodidamente bien. El equipo se queda en uno. Fetén. Sólo quedan unas horas para cruzar los dedos…Por si acaso, fuimos los tres a recoger el dorsal y la bolsa del corredor el viernes por la tarde. Con más ganas que posibilidades…


Y amanece el sábado. Despejado, solete, cierzo del rico, Mr. K. recuperado del golpe del día anterior, y yo sin tenerlas todas conmigo…Me la juego… Aunque sea hasta el primer avituallamiento. Y si el cuerpo aguanta, pues hasta el segundo. A una mala, a terminar andando. Vamos a por todas. Queremos incluir de la TMT-25K 2013 en nuestro curriculum, porque sí. Llevamos un par de meses preparándola, leches, qué menos que intentarlo. Almuerzo de pasta y de postre una racioncita de nervios. Los güasap van que vuelan (perdí los imperdibles?! Qué geles cogemos?! Con este aire a pelo!?). A medio día nos ponemos en marcha hacia La Puebla De Alfindén, ya que la salida es a las cuatro de la tarde. Medio cachondeo medio nervios, pero sobre todo ganas, muchas ganas. Mentalizados de sufrir. Al llegar, vemos pasar a algunos ultrarunners de la TMT-50, y jodo petaca qué ritmo llevan (deben ir sobre el km 23), y no se ve flojear a ni dios. Machacas, con todas las letras. Nos plantamos en las instalaciones deportivas donde es la salida y la llegada, y la verdad es que acojona un poco ver el nivel de otros runners de la carrera. Muy muy poca tripa y menos pelos en las piernas. Se nota que esta carrera no es una cualquiera…Aún así confiamos en el entrenamiento que hemos hecho y más aún en las ganas que le tenemos a la TMT! En el vestuario ración doble de vaselina con los habituales chistes (mal momento para que te presenten a alguien, un placer tocayo!!), y a llenar la Camel como si nos fuéramos de campamento. La idea es tomar un par de geles y una chuche. Pero por si aca…llevamos todo por duplicado cual formulario de la Administración. El móvil y 500 calorías, y porque nos da vergüenza, que si no echábamos un par de fuets estilo tortuga ninja. El tocayo se descojona cuando ve nuestra intendencia, las gafas de esquiar de principios de los 80, y al Chino tomando pastillas de sal y cocacola como si esto fuera el parking de la Coli (pimpam tomalacasitos). Ya maqueados, a la zona de salida, previo control del material. Cuando comprueban si llevamos agua, se la podíamos haber colado porque con lo que pesaban las camel vacías sólo de geles y leches varias, ya se hubieran creído que llevábamos el litro y pico de agua...poco talento tenemos.




Listos para la salida. La alfombra roja que hará también de llegada, hace que el pelotón runner se enfile. No hay mucho cachondeo en el ambiente. Se nota que esta carrera es diferente. Nada que ver con lo que hemos corrido hasta ahora. La gente está centrada en lo que nos espera por delante. Suena el Ecstasy Of Gold de Metallica y eso sólo significa una cosa, además de que ya vamos a mil, que el chupinazo va a dar la salida! Al turrón!!!!!!!




Primeros 8 km en continuo ascenso, por pista bien ancha al principio. Salimos hacia el final, y seguimos la táctica habitual. Usar los primeros km para ir calentando motores poco a poco. Siempre como equipo, así que si uno peta los otros dos acompañan. Y así chino chano, vamos cogiendo el puntillo y adelantando a gente suelta de vez en cuando. Cada vez que pasamos algún ultrarunner unas palabras de ánimo van para ellos y ellas, porque se las merecen. Nos vamos adentrando en la estepa poco a poco. El Chinorris no va fino, hoy será uno de esos días en que su tripa se levantó guerrillera. La mía ya ni me acordaba…concentrado en las zancadas, la respiración y dosificar el esfuerzo, había olvidado que ayer no podía ni correr 15 metros. Y los kilómetros van cayendo a la par que vamos adelantando gente poco a poco. Caemos en la cuenta de que la edición pasada de la TMT tuvo que ser apoteósica como bien cuentan por los blogs, puesto que si con esta temperatura el recorrido es exigente, con calor infernal puede ser abonimable. Casi agradecemos el cierzo. En el km 7 suena la primera alarma estomacal de nuestro compañero. Nos pretamos el primer gel, y esperando que llegue el primer avituallamiento en torno al km 9, para hacer un pequeño alto a rellenar camel y a ver cómo evoluciona esa tripa. La organización nos da una botella de litro y medio de agua por persona, pero no gastamos más que dos para los tres. Por desgracia se nos olvidó meter piedras en la camel de Mr. K. porque al tío se le van las piernas solas. Detrás de la próxima curva debería estar el puesto del agua. Y así con la misma cantinela unas cuantas curvas…Al final tenía yo razón. Detrás de una curva aparece el agua. Bien. Mi tripa la olvidé, pero Chinesse Man no. A ver si los próximos 5 km que son bajada dan un poco de tregua. Nada. En el km 12-13 parada técnica a descomer, a ver si con eso se arreglan los males. Por lo que tarda el alicate este, parece que se haya llevado el Heraldo pa leerlo mientras jiña?!?!?!? Afortunadamente no necesita que le pretemos la frente. Ala pués, otra vez en marcha. Nos pretamos una chuche, y seguimos tirando, pero los problemas estomacales van a más. Aprovechamos para recuperar un poco en estas bajadas, porque a partir del km 15 empieza la fiesta de verdad. Llega un momento en el que hacemos la carrera completamente sólos. Nadie por delante ni por detrás a la vista. Nada de vehículos, ni gente animando. Sólo nosotros con el ruido de nuestras pisadas. Una liebre muerta en mitad del camino, tal vez por aburriemiento. No nos habremos perdido??? No, no somos tan alicates, de momento. El caso es que nos pegamos un buen rato sólos en compañía de nuestras zancadas, jadeos y desvaríos…Uno de los grandes momentos de la carrera sin duda. Reflexionamos sobre la dureza que tiene que suponer correr los 50 km sólo. Casi todos llevan cascos con música. Pero tiene que ser duro de pelotas. Esta gente tiene que ir muy muy bien de coco. Seguimos adelantando de vez en cuando a alguno de ellos (http://jomigon.blogspot.com.es/ )Los km van cayendo, a veces con el cierzo de morros y otras colaborando por detrás. Y de pronto, llega el festival del humor en torno al km 15. A lo lejos ya vemos las lomas con la serpiente de runners encorvados subiendo y bajándolas a cuchillo. Los pelos se nos van poniendo como escarpias…

To be continued...

No hay comentarios:

Publicar un comentario