(si has elegido continuar, aquí tienes la segunda mitad de la Maratón).
Esto es minimalismo y lo demás tonterías.. Y ahorrarse una pasta en zapas! |
Vamos ya por Miguel Servet. Rumbo al avituallamiento del km
25. En la Plaza Utrillas tengo al ahijado esperando en un lateral para verme
pasar. Se me escapa una lagrimilla. Lo saludo y seguimos. Nos acaba de salir el
km a 5:11. Esto no puede seguir así, y lo sabemos…pero como el día que se
repartió el conocimiento, debimos de quedar para entrenar series o algo,
seguimos igual. En este avituallamiento además de powerade, agua y golosinas,
también hay fruta y pasteles. Declino la amable oferta de los voluntarios. Me
limito a beber y comer una golosina. Mano a mano con Mr.K. vamos
acercándonos al km 27, que es una parte
algo dura. Tres kilómetros por la ronda de la hispanidad (el tercer cinturón) y
en ligera subida me da la sensación. Kilómetros feos donde los haya, pero aún
vamos enteros.
Gracias a Mr.K. un agujero más grande que el sujetador de Florinda Chico apareció en la capa de ozono. |
“Aflojamos” un poco, y subimos a 5:32 estos dos km tan odiosos. Se están haciendo más largos que la infancia de Heidi. Hay una parejica en moto que cada poco nos adelantan y se ponen a animar en la
acera a unos amigos suyos; por descontado que a nosotros también. Creo que nos
salvaron esos tres kilómetros, el tener cada 400 metros a estos dos animando.
Eternamente agradecidos!!!! Llegando al km 30 sé que no voy a poder seguir a
este ritmo. Empiezo a notar los cuádriceps cargados. No es preocupante, pero sé
que tendría que haber llegado más fresco a este punto. Bebemos en el km 30 y de
nuevo otro gel. La sudada que llevamos es elegante así que se agradecen las esponjas. A lo lejos, pero no tanto como me gustaría
avistamos un pelotón de corredores que creemos que puede ser la liebre de 3:45.
Me entra un escalofrío por la espalda sólo de pensar el ritmo que llevamos. Ya
por la ribera de la margen izquierda empieza
a dejarse ver el ejército de patinadores con réflex y vaselina. De
momento no me apetece, pero Mr.K. lo coge con vicio y no para de pedir
chufletazos a cada uno que ve. Lo de este tío es vicio. Lo peor es que como
corre unos metros por delante, cada vez que le meten un chufletazo me como yo
la tufarrada de estela que va dejando. A este paso voy a agarrar un colocón. En
uno de los chufletazos que le dan en el hombro veo desaparecer a Mr.K. dentro
de una nube de réflex ¡no entiendo cómo no se asfixió este tío!
Comienzan los km que
se me hacen más odiosos. Empiezo a tener manía a este barrio, pero de verdad.
Es enfilar el Paseo de Longares y ponerme ya malo sólo de pensarlo. Estas idas
y venidas por el barrio Jesús (creo que se llama así) me matan. Y a pesar de
todo nos merendamos el km 32 en 5:29. En uno de estos ir y venir por las calles
del barrio adelantamos a un amigo del Muscle que ha pinchado. Al principio no
damos crédito, porque la preparación con la que ha venido a la Maratón es de
quitar el hipo (y el nivel que ha cogido este último año ídem). Iba con la
liebre de 3:45 pero ha petado. Intentamos animarlo pero nos dice que nada, no
puede ser. Da un poco de rabia.
Mr.K. va tirando continuamente de mí. Sabe que soy más perro
que Niebla y que no me gustan las prisas. Tanto es así que nos acabamos de
merendar el km 33 a 5:16 señores. Y claro, una cosa es una cosa y seis media
docena. Si antes las piernas estaban cansadas, aquí dicen que Basta Ya! Que me
meta esos ritmos por donde amargan los pepinos o se quedan clavadas al asfalto.
Así que en el km 34 me topo de frente a Paco con las rebajas. El muro de Berlín
es la irrisión comparado con este. Bajonazo brutal. Las piernas pesan toneladas
y el motor no da más de sí. Se lo hago saber a Mr.K. Soy consciente de que toca
sufrir lo indecible y aguantar hasta el próximo avituallamiento para recuperar.
Nos cruzamos con otro grupo de animación en este tramo. Nos hacen el pasillo
cual etapa de montaña en el Tour. Oigo que gritan mi nombre varias veces. Muy
buen sitio para animar, justo por donde ronda el tío del mazo. En estos
momentos me hubiera gustado cruzarme con Sta. Pi o Toni para auto animarnos.
Hubiera sido un buen empuje el vernos, pero yo sólo tengo ojos para el suelo y
unos metros más adelante.
Ese punto de la maratón en el que TODOS miramos al suelo pensando en lo que nos queda por sufrir. |
Después de beber y comer un poco noto que pasa el bache.
Pero las piernas ya no son las mismas. Sólo quedan 7 kilómetros me digo. En
ningún entreno hemos corrido tan poco. Pero por mucho que lo piense sé que se me harán eternos. Cruzamos el
Puente de Hierro un par de veces y me anima la familia. Esos ánimos se
agradecen mil. Me conocen y ya ven que no voy fino. En el Paseo por la Ribera a
la altura del km 36 pido el comodín del réflex a un patinador. No sé si me
aliviará, pero por intentarlo que no quede. Subimos la cuesta al Puente de
Piedra. Creo que voy soltando algo así como juramentos, gemidos o gritos. Dios
qué dura. Y son apenas unos metros. Pero jodo petaca como agarran las
zapatillas. Mr.K. ha guardado un poco de agua para pretarnos el último gel allá
por el km 38 para el achuchón final. Cruzando el Puente de Santiago, km 37, adelantamos
al gran Carlos, que lleva la bandera de TRAS LOS PASOS DE HUGO www.traslospasosdehugo.org Yo voy pinchado. No puedo ni con los huevos.
Y sin embargo al adelantar te sale desde lo más profundo algo de fuerzas para
animar al compañero. También ha pinchado, se le ve en la cara, aunque imagino
que la mía no será muy diferente. Camino
del km 38 nos pretamos el último gel. A la altura del Pilar está petado de
gente. No paran de animar. El tocayo Speedy ahí está en primera fila. Tal vez
en el momento parezca que haga oídos sordos pero se agradece cada aplauso y
cada grito de ánimo. No me da para responder
ni con un gesto. Sólo para seguir avanzando. Hace ya un buen rato que no
miro el Polar. No me importa el ritmo. Una zancada. Otra más. Otra. Otra…Me
pongo como objetivo el avituallamiento del km 40. Lo necesito como el respirar.
Estas cosas dan alas a cualquiera. |
En cuanto dejamos atrás el km 38 nos esperan dos kilómetros
horribles. El físico no da más de sí. Y encima después del bullicio de gente
por el Pilar nos toca sufrir en soledad hasta el puente del tercer cinturón. Hay menos público que en un concierto de Albano y los Power Rangers. Se
tira más de cabeza que de piernas. Unos
metros delante hay un compañero en el suelo. No puede ni levantarse. Le
ofrecemos ayuda pero dice que no. Que no puede más. Casi mejor. Porque si
hubiera tenido que ayudarle a levantarle hubiese sido más que probable que me
fuese detrás de él al suelo. Y aun así ni lo piensas en el momento. Seguimos.
Queda nada de nada. Cada vez más pinchado. Por momentos pienso que Sta. Pi y
Toni nos van a pasar en cualquier instante. Yo sólo pienso en ganar metro a
metro. De repente llega el avituallamiento del km 40. Me dan unas ganas locas
de pararme y beberme todos los vasos de Powerade que veo. Sé que no debo. Si paro me quedo
clavado. Hidratamos como buenamente
podemos y seguimos rumbo a la victoria. Casi lo tenemos. No puedo quitarme de
la cabeza la cuesta de la calle San Vicente de Paul. No sé cómo cojones voy a sacar
fuerzas para subirla corriendo. No lo veo, de verdad que no. Estoy sufriendo más que Cheewaka en un anuncio de Epileidy. Voy fundido. En
estos momentos sale mi padre para empujar
y animar. Aunque las zancadas las das tú sólo y físicamente nadie te
está ayudando, parece como si te dieran una vida más. Kilómetro
41. No sé ni cómo pero consigo subir la cuesta de las narices sin echar
a andar. No me lo explico. Pero así ha sido. Mr.K. aún tiene ganas y cuerpo
para fijarse en alguna de las féminas que nos animan (“-has visto esa??? –NO!
No estoy para ver chatinas ahora!!!”). Llegamos al coso, y de ahí en adelante
todo son gritos y aplausos de ánimo. Y también mucha gente que flipa con lo
jodidos que vamos y las caras que llevamos. Y no es de extrañar. Sólo pienso en
llegar. Sea como sea. Me voy arrastrando y de repente caigo en que estamos en
la Plaza del Pilar. Un par de curvas y
conseguido. Veo a varios amigos animando
en esos últimos metros. Voy tan jodido
que creo que apenas devuelvo el saludo con un pequeño gesto de la mano. Sé que
se están dejando la voz gritándome, deben de estar viendo como lo estoy
pasando. Cruzamos el arco de meta dos
minutos por debajo de las cuatro horas. Increíble. Hacía tiempo que no estaba
tan jodido. El último km a 5:43, inexplicablemente saqué fuerzas de donde no
las había y pasé de correr a 6 min/km a bajar más de 15 segundos.
Una imagen vale más que mil palabras. |
Cruzo meta y después de felicitar a Mr.K. por el carrerón
que hizo voy dando bandazos para apoyarme en algún lugar. Medalla, bolsa del
corredor, y mucho tiempo largo en el suelo con las piernas cargadísimas
bebiendo como si lo fueran a prohibir.
The Walking Dead goes runner. |
Me quedo largo en el suelo con las patas en alto y soltando
algo, mientras me despido como buenamente puedo de todos los conocidos que se
acercan a verme agonizar. No tengo ni idea de dónde está el resto de mi equipo.
Hasta que no bebo un par de litros de agua y un litro de Powerade no empiezo a
recuperar algo. Las piernas muy cargadas, pero ya estoy más entero. Ha pasado
un buen rato así que imagino que mis compis de equipo estarán ya por el
Pabellón guardamochilas. Paso por la zona de masaje para poder ir andando hasta
el coche aunque sea. Justo en esos momentos aparecen todos!!!!! Muchísimo más
enteros que yo. Todos han terminado así que triunfamos como la Cocacola
chavales!!!! Se meten un remojón de piernas en las piscinas y nos despedimos.
Muy grandes compañeros!!!!!!!!!!!!!!
Y después de un buen masaje a comentar algunas jugadas con
Mr.K. (qué barbaridad de tío!! Ya está pensando en la próxima
maratón!!!!!) y para casa a disfrutar de
un buen domingo de sofá y de móvil echando humo para poner al día a propios e
impropios!!!!!!!!!!
Bien peleados esos 42 kilómetros equipo!!! |
Porque una Maratón no es una carrera cualquiera... Desde el primero hasta el último. Valientes y luchadores de los pies a la cabeza.
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