SERÍA UN ERROR NO EQUIVOCARSE A VECES, parafraseando al gran Valentí!
Qué pasa pues runnerfuckers!!!
Todos estabais esperando una entrega más de las crónicas
alicate de la Maratón de Zaragoza. Pues en principio no tenía pensado hacerla,
la verdad. Porque terminé más que cruzado de esta mi tercera Maratón. Y como
dijo el traductor, os preguntaréis “Pur qué!?”, si la hemos terminado los cinco
del equipo, y el objetivo secundario que era bajar de las 4 horas también lo
conseguí!!

Y dicho lo cual, después de los interrogantes vienen las
respuestas. Como buen runner, desde
luego por excusas no será. Pero justificar algo con excusas de mal pagador
sería engañarme a mí mismo. Podría decir que justo la semana de la Maratón
agarré un pequeño resfriado y por eso no andaba muy fino. O que el día de la
Maratón hizo una humedad del carajo y me deshidraté más de lo debido. También
podría decir que mi compañero me marcó un ritmo infernal y peté. PERO NO. Las
cosas son como son, las podemos edulcorar pero la realidad es una y sólo una.
No corrí al ritmo que debía haber corrido. Si no estaba fino, si había mucha
humedad, si mi compi de equipo iba fuerte, NADIE ME OBLIGÓ
a llevar ese ritmo. Debería
haberlo reconocido en el momento. Sin embargo, fruto de la euforia que te da el
pincharte un dorsal, o sencillamente, porque soy un alicate que no tiene
talento, apuré la máquina más de la cuenta. Conforme nos acercábamos al km 30
cada vez era más consciente de ello. Y aun sí no reaccioné. Y la Maratón pone a
todo el mundo en su sitio, tarde o temprano. Por eso cuando crucé el arco de meta
me convertí en un zombie, un secundario muy logrado para la serie The Walking
Dead. Contaba con ello pero no a ese nivel.
Y han tenido que pasar cuatro días de agujetas dándole
vueltas al tema para tenerlo claro. 4 días sufriendo para bajar o subir un
escalón. Y justo después de que desaparezcan las agujetas, justo cuando ha
vuelto de sus “vacaciones” el barrendero de mi calle (con un testículo menos
pero igual de cachondo el jodido de él), pues justo ahora me dí cuenta de la
jugada.
La cagué y la pagué. Y la lección más que aprendida. Sufrí
más de la cuenta. Así que me quedo con la capacidad de resistir y aguantar que
tiene a veces el cuerpo humano, cuando crees que es imposible seguir adelante,
pues se puede. Y que sí, que hay que sufrir, pero disfrutar también. Conocer
ese punto en el que vas jodido pero sabes que merece la pena. Que la sonrisa no
puede desparecer de la cara tanto tiempo. Que si no se sale muy mal en las
fotos, coñe!!
Y yastá! Sé que a nadie le importa esto, pero tenía que
soltarlo. Arf. No veáis lo a gustico que me acabo de quedar…
Y la próxima actualización, una nueva entrega de las
Crónicas Alicates…la MARATÓN DE ZARAGOZA…que ya me lo comentó la Pedroche además,
y es lo que a nuestros lectores más les gusta!!! Esas crónicas fresquitas ricas
y desenfadadas… en breves!
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